martes, 2 de junio de 2015

A la Fregada con el Miedo

El MIEDO




Asociación  de Lupus

Existen dos tipos de miedo :

El miedo real: (NATURAL Y NORMAL)
Mantenerte alejado de los peligros y asegurar tu vida.


Miedo imaginario: (EMOCIONAL)
Fuera-miedo-no-2.jpg
Fuera miedo


El problema no está en sentirlo, sino en tenerlo cuando no hay motivo real

Les damos mil y una vueltas a las emociones y situaciones que están a nuestro alrededor y llegamos a imaginarnos el peor de los escenarios posibles. , y en muchas ocasiones, ni siquiera llegaría a ser tan perjudicial como nos lo imaginamos.

El miedo es una zona de confort

Muchas personas evadimos responsabilidades al decir tengo Miedo y esto trae consecuencias a nuestras vidas como:

.Limitarte e impedir que hagas algo que podrías hacer perfectamente
.El miedo puede llevarte a actuar impulsivamente.
.Estancarte
.Inseguridad


2 Timoteo 1: 7

Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.


El miedo toma diferentes formas, miedo a no ser recompensados, miedo de fracasar, miedo de la propia debilidad, miedo del sentimiento que genera en nosotros tener que llegar a cierto punto y no ser capaces de lograrlo, miedo a la sociedad, miedo de morir, etc.

Isaías 54:4

No temas, pues no serás avergonzada; ni te sientas humillada, pues no serás agraviada; sino que te olvidarás de la vergüenza de tu juventud, y del oprobio de tu viudez no te acordarás más.
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¿QUÉ PODEMOS HACER PARA SER LIBERADOS DEL MIEDO?

Reconocer tus miedos para obtener el control de la situación y de las emociones,
y poder ser liberada por le espíritu santo


Romanos 8.6

La mentalidad pecaminosa es muerte, mientras que la mentalidad que proviene del Espíritu es vida y paz.

Gálatas 5: 22-23

En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio. No hay ley que condene estas cosas.
Gálatas 5: 22-23


1 Crónicas 28:20
Entonces David dijo a su hijo Salomón: Esfuérzate, sé valiente y haz la obra; no temas ni te acobardes, porque el SEÑOR Dios, mi Dios, está contigo. El no te fallará ni te abandonará, hasta que toda la obra del servicio de la casa del SEÑOR sea acabada.



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